Primer Grado
En este tipo de clases todas las actividades tienen un sentido y lo que es más importante, una proyección en el futuro. Cada una de las partes de la clase incorpora una secuenciación de dichas actividades orientada a que sin dificultad, que no sin esfuerzo, todos los alumnos lleguen a leer y escribir música, tocar un instrumento y a tener audición interior.
Estos objetivos tan complejos en principio, se alcanzan si se dispone de una progresión de contenidos adecuada y adaptada a la edad de cada niño.
Con ella todos los niños y adultos son capaces de aprender el Lenguaje Musical e Instrumental.
Planteamos aquí un pequeño resumen de la clase; pues la experiencia dice que muchas veces los niños no cuentan lo que hacen en clase. Es importante que ellos tengan la sensación de juego, un juego que muchas veces implica esfuerzo y atención (sin las connotaciones negativas que tienen para muchos de nosotros, adultos, estos conceptos). Los padres deben saber que en esos “juegos” está la Educación Musical de sus hijos que serán, si se sigue bien la citada progresión, grandes aficionados a la música, con un oído y una conciencia musical desarrollados, instrumentistas amateurs o profesionales, directores de coro u orquesta, compositores.
Decimos esto no para crear falsas ilusiones, sino porque confiamos en las posibilidades de todos los niños y nos respalda la experiencia de nuestro método.
Por supuesto no todos los niños pueden ser Mozart o Rubinstein y ello depende en gran parte de las actividades familiares. Es evidente que en la escuela el niño pasa entre treinta y sesenta horas cada curso, repartidas en una o dos horas semanales. Siendo así la colaboración de los padres según las preferencias para sus hijos es fundamental.
- Daremos prioridad a la Audición, pues es el momento en que los niños están más receptivos y atentos. Se aprovecha este momento para las actividades de mayor concentración, facultad que se va desarrollando junto con la evolución psicológica del niño.
- El Ritmo implica una mayor actividad, comenzamos a movilizar la parte física de nuestro cuerpo. Ello requiere atención además de movimiento y poco a poco, según las características de cada niño, mayor exigencia y precisión.
- Las Canciones son el centro de la clase, en importancia y en tiempo, por contener todo lo anterior: melodía, ritmo, armonía, y además un texto, una historia. Las canciones están organizadas por objetivos pedagógicos. Cada canción tiene así un sentido además de! mero placer por cantar que por supuesto está incluido entre aquéllos.
- Terminaremos con el Movimiento pues requiere más esfuerzo físico y menos concentración mental, sin perder por ello la atención y la escucha musical. Con ello y a través de movimientos naturales de los niños asociados a la música, improvisada o grabada, desarrollamos el sentido del tempo, del carácter, además de acercar a los niños a la Música de los grandes maestros, lo que hará nacer en ellos un sentido crítico más evolucionado que otros compañeros que crecen con un entorno musical no tan selecto y en el que, por desgracia, muchas veces, no es la calidad musical la que prevalece.